Hacia donde corremos y porque.
Si te has parado a leer estas líneas es porque mínimamente
has oído hablar de nosotros y te has parado a reflexionar, quizás has leído Nacidos
para correr, y te ha despertado la curiosidad o simplemente este tan
cansado de las lesiones que como último recurso te has introducido en esta
cueva con un mechero para alumbrarte.
Un familiar me dijo un día; toda la vida se ha corrido de talón, no van a estar equivocados todos
los corredores del mundo. Bien es posible que tú también te hayas formulado
la misma pregunta, pero necesito que te pares a pensar un momento. Las zapatillas
amortiguadas lleva entre nosotros desde que Nike las inventó en los años 70 y
desde ese momento las lesiones se han multiplicado de una forma escandalosa
entre los corredores populares.
¿Que han conseguido estas zapatillas y porque de su éxito si son tan malas para nosotros?
Primero una gran campaña de marketing, probablemente la
mejor en toda la historia del deporte, y segundo, la posibilidad de sentir ese
falso confort que hace que el corredor novel ignore el dolor, retrase su
aparición, alargue la zancada, sintiéndose más rápido y finalmente, esto no lo
dicen, acabe con molestias o lesionado.
¿Cuarenta años de zapatillas amortiguadas es todo el tiempo? ¿Siempre se ha corrido de talón?
Hagamos una prueba, sencilla y no traumática, quitémonos las
zapatillas y demos un salto. Sorpresa el que haya caído de talón se habrá destrozado,
las rodillas, los tobillos, la cadera, la columna y hasta las cervicales.
Afortunadamente esto no habrá pasado ya que la evolución ha hecho que el piloto
automático de nuestro cerebro se active y recepcionemos de metatarso, flexionamos
las rodillas y amortigüemos el golpe aterrizando de forma suave. Si seguís sin
convenceros correr, descalzos diez metros, el cuerpo se enderezara levantareis
la cabeza y aterrizareis de metatarso. Esa es la forma natural de correr la que
llevamos practicando desde hace millones de años y que llenamos impresa en
nuestro código genético de tal manera que sale automática, es al calzarnos una
zapatilla amortiguada cuando engañamos a nuestro cuerpo y falseamos una pisada
con un impacto brutal para el que no estamos preparados.
Si has llegado hasta aquí y has hecho los dos sencillos
ejercicios, probablemente sigas escéptico pero animado y es ahora cuando voy a
darte la mala noticia. La transición para correr descalzo o con zapatillas
minimalistas es lenta, costosa y en algunos casos (debidos al entusiasmo y
pasarnos de la rosca) dolorosa. Como hemos
dicho anteriormente las zapatillas amortiguadas nos lo ponen fácil al principio,
pero caro al final. Con la técnica natural lo caro lo tenemos al principio, lo
barato al final. Necesitaremos una transición, larga y lenta pero que nos
llenara de felicidad y euforia, haciendo que consigamos, lo que todo corredor debería
desear ser feliz corriendo.
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